El caso de Jacqueline Gmack ha incrementado el interés por el síndrome de Stevens-Johnson, pues la mujer de 31 años originaria de Brasil fue diagnosticada con éste luego de que ingresara grave de salud al hospital tras tomar ibuprofeno para calmar los dolores durante la menstruación. De acuerdo con su testimonio, comenzó con malestares como ampollas en la boca y picor en el ojo que pronto empeoraron y tuvo que ser sometida a un coma inducido.
Al despertar los médicos le informaron que había “sobrevivido como parte de un milagro”, sin embargo, desde entonces ha tenido que someterse a más de 20 cirugías y tratamientos cada dos semanas para recuperar la vista que ahora tiene al 40 por ciento. Otro caso de este síndrome que acaparó los titulares fue el de Roco Pachukote, el vocalista de la Maldita Vecindad, quien a principios de 2024 fue hospitalizado en la Ciudad de México al tener una fuerte reacción alérgica.
¿Qué es el síndrome de Stevens-Johnson?
De acuerdo con MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el síndrome de Stevens-Johnson “es una reacción cutánea grave provocada con mayor frecuencia por determinados medicamentos” y “representa el extremo menos grave del espectro de la enfermedad”, mientras que “la necrólisis epidérmica tóxica representa el extremo más grave”.
Sintomas del síndrome de Stevens-Johnson
Comienza con fiebre y síntomas parecidos a la gripe, pero a los pocos días “la piel comienza a ampollarse y pelarse, formando áreas en carne viva muy dolorosas llamadas erosiones que se asemejan a una quemadura grave de agua caliente”. Estas erosiones suelen comenzar en la cara y el pecho, pero se extienden a otras partes del cuerpo por lo que pueden dañar “las membranas mucosas, incluido el revestimiento de la boca y las vías respiratorias, lo que puede causar problemas para tragar y respirar.
Las ampollas, explica MedlinePlus, también pueden afectar el tracto urinario y los genitales, en los casos más graves llegan a los ojos causando “irritación y enrojecimiento de la conjuntiva, que son las membranas mucosas que protegen la parte blanca del ojo y recubren los párpados, y daño a la cubierta frontal transparente del ojo”.
“El daño severo a la piel y las membranas mucosas hace que el SJS/TEN sea una enfermedad potencialmente mortal. Debido a que la piel normalmente actúa como una barrera protectora, un daño extenso en la piel puede provocar una pérdida peligrosa de líquidos y permitir que se desarrollen infecciones”, detalla el sitio web.
En los casos más graves se puede presentar “neumonía, infecciones bacterianas abrumadoras, shock, insuficiencia orgánica múltiple y muerte. Alrededor del 10 por ciento de las personas con síndrome de Stevens-Johnson mueren a causa de la enfermedad, mientras que la afección es mortal en hasta el 50 por ciento de las personas con necrólisis epidérmica tóxica”.
CON INFORMACIÓN: El Heraldo De Mexico