Opinión

La 4T y su circunstancia

En Tamaulipas las elecciones nunca inician cuando lo marca el calendario oficial, se adelantan en la conversación pública y hoy en las redes sociales, convertidas en un gran circo donde el rumor, la adulación y el golpeteo parecen ser el centro de las decisiones.
La fotografía del momento muestra a Morena con ventaja, todo apunta a que seguirá en el poder y lo único que puede anticiparse es que la sucesión podría tener por primera vez rostro de mujer, aunque en paralelo hay varones dentro del partido que buscan la candidatura.
En 2016 el PAN rompió con 86 años de dominio priista y celebró convencido de que nada lo frenaría, seis años después enfrentaba procesos judiciales y un final accidentado que lo redujo a escombros, antes el PRI ya había resistido tormentas, pactos incómodos y hasta un magnicidio.
Hoy Morena es hegemónico pero en su interior conviven fuerzas con intereses propios, el gobierno controla el aparato institucional, desde la frontera los grupos regionales mueven fichas y se fortalecen figuras en el Senado y el Poder Judicial, la disputa interna marcará el futuro.
PRI y PAN no pintan en este tablero, el primero quedó pulverizado y sin cuadros competitivos, el segundo vive fracturas irreversibles tras la salida accidentada de su último gobernador, hoy la oposición no es amenaza real y el riesgo mayor de Morena está en su interior.
En Tamaulipas las derrotas casi nunca llegaron desde fuera, fueron producto de fracturas internas, como las rebeliones priistas que abrieron grietas irreversibles o los excesos del PAN que lo hundieron tras un sexenio, hoy Morena enfrenta en 2027 la encrucijada de procesar su pluralidad.
El entorno nacional influye, Claudia Sheinbaum ejerce su poder con un estilo distinto al de su antecesor y los equilibrios también se reflejan en Tamaulipas, estado estratégico de la frontera, mientras el Verde y Movimiento Ciudadano se preparan para atraer inconformes de Morena.
Se habla ya con naturalidad de que Tamaulipas podría ser gobernado por una mujer, consecuencia lógica del tablero y de la narrativa de paridad que hoy domina la política mexicana, lo que hace apenas una década parecía impensable hoy es casi certeza para el futuro inmediato.
Los riesgos persisten, la inseguridad disminuyó pero sigue latente, la frontera continúa como espacio de disputa criminal y un repunte violento podría alterar el ánimo del proceso, mientras la judicialización acecha y el caso Cabeza de Vaca recuerda que el blindaje legal es vital.
Las lecciones del pasado muestran que en Tamaulipas el poder nunca se pierde en las urnas, se pierde desde dentro cuando los grupos no saben administrar sus ambiciones, la sucesión que ya vive Morena será el reflejo de esa lógica y definirá la estabilidad de los próximos años.
La elección de 2027 será un laboratorio hacia 2028 y por eso el activismo anticipado no es casualidad, cada figura se mueve convencida de que lo que ocurra en Tamaulipas marcará también su papel en la escena nacional, tanto en los equilibrios internos como en las alianzas externas.
La gran prueba de Morena será en 2027 y todo apunta a que en la sucesión de 2028 el poder tendrá voz femenina, un cambio histórico en un estado donde las mujeres disputan con fuerza el futuro político, marcando un antes y un después en la vida pública.
Más allá de acuerdos o disensos, es la circunstancia actual.

POR PEDRO ALFONSO GARCÍA