La tensión generada en Matamoros por la aparición de seis letreros de advertencia presuntamente instalados por autoridades de Estados Unidos (EEUU), motivó este domingo la intervención inmediata de dos dependencias federales: la Secretaría de Marina (SEMAR) y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Dichas autoridades, confirmaron que personal naval localizó y retiró los señalamientos colocados en Playa Bagdad, luego de que su presencia generara dudas sobre su origen y sobre la posible intromisión en territorio nacional.
La denuncia fue reportada inicialmente por la organización Conibio Global A.C., cuyos integrantes alertaron a las autoridades.
De acuerdo con el comunicado conjunto difundido por ambas dependencias, el hallazgo se realizó tras un reporte ciudadano y, aunque la situación generó preocupación por la posibilidad de que los rótulos provinieran del gobierno estadounidense, las primeras consultas hechas por el Consulado de México en Brownsville no arrojaron indicios de que hubieran sido instalados por alguna autoridad oficial de Estados Unidos.
La SRE informó que ya estableció comunicación directa con la Embajada estadounidense en México para dar seguimiento al incidente.
CILA México iniciará investigación
Y después de lo sucedido, se dio a conocer también que la Sección Mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) iniciará una revisión técnica de los tratados vigentes, mapas e instrumentos que delimitan la frontera, con el fin de esclarecer totalmente lo ocurrido y verificar cualquier posible afectación en la línea divisoria.
En dicho comunicado, la Marina como Relaciones Exteriores reiteraron su disposición para “trabajar de manera coordinada con las autoridades estadounidenses y con todas las instancias nacionales, a fin de garantizar certeza jurídica en la zona fronteriza y fortalecer la cooperación bilateral”.
El comunicado concluye subrayando el compromiso del Gobierno de México con la defensa de su territorio y con la transparencia en la gestión de incidentes fronterizos.
Por Antonio H. Mandujano






